En el margen del río Yodo, que corre del Lago Biwa al puerto de Osaka, grabo unos trazos cambiantes. "Esto es lo malo de no hacer imprimir las obras: que se va la vida en rehacerlas", escribió Reyes. Esto es lo bueno de la vida: que corre. Como lo que aquí se publica no se imprime, se rehace.
miércoles, 9 de abril de 2008
Vivales debería apellidarse
No sé cómo caí en el blog de un José Luis Vivero, que ha tenido la desfachatez de copiar ahí una entrada de este margen del yodo, sin cambiarle más que el título, y sin darse cuenta además de que se trataba de una continuación de otra nota y de que lo que yo hacía era comentar un pasaje del Diario del historiador Domingo Francisco de San Antón Muñóz Chimalpahin Cuauhtlehuanitzin (1579—1660), con lo que no sólo se roba mi pluma, sino la del ilustre novohispano. Menudo caradura.
hola, supongo que has pedido explicaciones y remedio, no?
ResponderBorrarespero que sólo sea una metedura de pata, sin mala intención...
saludos
¿Pero has visto los datos que aparecen en su perfil de Blogger? ¿Te das cuenta que hasta los agricultores afganos te leen? Bravo Aurelio, eso es fama y no chiquiterías...
ResponderBorrar