lunes, 21 de enero de 2008

Por qué sendas estrechas a la fuente

Revisando lo poco de literatura japonesa que hay en Project Gutenberg, di con el archivo sonoro, que no conocía, y ahí con una grabación de Oku no hosomichi, el clásico de Matsuo Bashô. Descargué los archivos, los copié a iTunes y al escucharlos me enteré de que provenían de LibriVox: una colección de audiolibros libres de derechos de autor, que tiene el mérito de estar hecha por voluntarios y el defecto de estar muy mal organizada. Me tardé en encontrar la página que buscaba, pero no en dar con la línea “read in Japanese by kaseumin”. Siguiendo ese enlace, en fin, di con la fuente última: Japanese Classical Literature at Bedtime. Es una audioteca virtual en la que desde julio de 2005, por gusto y por amor a la literatura de su patria y su lengua, Kasumi Kobayashi ha ido reuniendo grabaciones de autores japoneses clásicos y contemporános leídos por ella misma (en el original, pero a veces también en inglés o francés) con voz nítida y ritmo seguro, que es una delicia escuchar. Como además la lectora ha tenido el tino de incluir enlaces a los archivos de texto correspondientes, puede uno hacer el ejercicio de seguir con los ojos la prosa de Murasaki Shikibu, Sei Shônagon, Yoshida Kenko, Natsume Soseki o Akutagawa Ryunosuke, por ejemplo, o los versos de Matsuo Bashô, Yosa Buson, Hagiwara Sakutarô o Kitahara Hakushû, entre otros, al mismo tiempo que le entran por los oídos, en voz de Kasumi Kobayashi. 

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