El Lago Biwa, el mayor de Japón, está en el centro de la isla, y se diría que de su historia política y su tradición literaria. A su orilla se extiende, en el oeste, la ciudad de Otsu, que fue capital del país durante cinco años (de 667 a 671) por decisión del Emperador Tenji, un reformador que compiló el primer código legal del país, estableció un gobierno centralizado según el modelo chino y le dio al clan Fujiwara nombre y un poder que durante los seis siglos siguientes decidió el destino del país. No es extraño que sea de Tenji la pieza con que se inicia la popularísima antología de Cien poemas de cien poetas (Hyakunin Isshû) compilada por Fujiwara no Teika en el siglo XIII. A orillas del lago Biwa está también el Templo de Ishiyama, donde es fama que la señora Murasaki empezó a escribir el Genji monogatari una noche lunar de agosto de 1004. A orillas del Biwa (en Zeze, hoy parte de Otsu) está enterrado Matsuo Bashô, muy cerca del lugar en que estaba el Sharaku Dô (洒落堂), la casa de su amigo el médico Hamada Shinseki (浜田珍夕) sobre la que escribió la breve Relación del Sharaku Dô (洒落堂記, Sharakudô-ki). A ese amigo se dirige este poema:
四方より花吹き入れて鳰の波
shihô yori hana fuki irete nio no umi
De todos lados
trae las flores el viento:
olas del Biwa.
Shihô yori: desde los cuatro puntos cardinales. Nio vale por nio no umi, "mar de los somormujos", nombres poético del Lago Biwa en la lírica clásica japonesa. Aparece por ejemplo en este poema de Fujiwara no Ietaka (1158–1237) que recogí en Luna en la hierba y al que alude la línea de Bashô:
にほの海や月の光のうつろへば波の花にも秋は見えけり
niho no umi ya tsuki no hikari no utsuroeba nami no hana ni mo aki wa miekeri
El lago Biwa:
a la luz de la luna
parecería
que a la flor de las olas
también llega el otoño.
Las flores de uno y otro poema son, en primavera y otoño, las mismas siempre cambiantes olas del lago Biwa, desde cuya orilla oeste tomé la fotografía de esta página.
jueves, 29 de mayo de 2008
Flores las olas en el viento
miércoles, 28 de mayo de 2008
Dicho sea en honor de la verdad
Hay que decirlo:
los amigos que vienen,
cuando se van,
qué recuerdos nos dejan
—y qué alivio nos dan.
lunes, 19 de mayo de 2008
La tumba del poeta Matsuo Basho
En una piedra
quebrada por el agua
en tres pedazos,
hay tres palabras: tumba,
el nombre del poeta.
・
Matsuo Bashô murió en Osaka pero dejó dispuesto que sus restos descansaran al lado de la tumba del guerrero Minamoto Yoshinaka (1154–1184) en el Gichu-ji (義仲寺), que le está dedicado (Gichu es otra lectura de los caracteres con que se escribe Yoshinaka). Allí se realizaron sus funerales, a los que acudieron discípulos y admiradores durante siete días. Uno de ellos, el fiel Kikaku, escribió un testimonio conmovedor de los últimos días del maestro; hace poco lo tradujo el poeta Nobuyuki Yuasa, y puede leerse en la revista Simply Haiku.
El templo es pequeñísimo pero en el jardín, entre las tumbas de Yoshinaka y su amada Tomoe, rodeadas de árboles y flores, se multiplican los rincones. Por todos lados hay piedras grabadas con poemas. Un breve estanque con tortugas; a un lado, una choza que es una capilla; enfrente, fresca de sombra, la tumba del poeta, bajo una lápida con tres palabras que las inundaciones rompieron en tres pedazos, como las tres partes de un haiku; al fondo, el mínimo santuario shintoísta.
Estuve ahí largo rato. Al salir, vi que había un cuarto con vitrinas. Tenían, naturalmente, un rollo caligrafiado de Oku no hosomichi (Sendas de Oku para los mexicanos y la literatura) y, sorprendentemente, el bastón del poeta: una vara de camelia, la misma madera de la que estaban hechos sus pinceles.
・
Rota en tres, lápida
con las palabras plátano,
plátano, tumba.
(La foto se ve mejor aquí.)
Una lista de más es lo de menos
Uno de los lugares comunes sobre Japón es que tiene poco espacio y mucha gente. De ahí se derivan, para muchos antropólogos, rasgos característicos de su cultura. De ahí también, solemos pensar, la afición por las cosas pequeñas: antes de producir autos compactos y cámaras de bolsillo, este ya era el país del haiku y el bonsai. Pero también es un país de cosas grandes, como se verá. Traduzco y adapto de Japan Navigator, que a su vez partió de una página de la Wikipedia, a la que lo llevó Watashi to Tokyo, una lista de diez marcas mundiales japonesas:
1. El puente de madera más largo del mundo es el Puente Hōrai de Shizuoka, con 897m.
2. El edificio de madera más antiguo del mundo es el del Horyuji, en Nara, que data del siglo VII.
3. La banca más larga del mundo está en Shika, en la Peninsula de Noto, y se prolonga 460m.
4. La estación más tumultuosa del mundo es la de Shinjuku en Tokio, por la que pasan 3.52 millones de usuarios al día.
5. El tunel ferroviario más largo del mundo es el Tunel Seikan, que conecta las islas de Honshu y Hokkaido y mide 53.85 km. También está ahí la estación más profunda, la de Yoshioka Kaitei, 149.5m. bajo el nivel del mar.
6. El puente suspendido más largo del mundo es el Puente Akashi-Kaikyō, que se extiende 1,991m entre Akashi, cerca de Kobe, y la isla de Awaji.
7. El diario con la mayor circulación en el mundo es el Yomiuri Shimbun, con un tiraje de 14,323,781 (del que se vende el 98%).
8. El hotel más antiguo del mundo es el Hōshi Ryokan de Komatsu (Ishikawa), que abrió en 717. Es también la compañía en operación más antigua del mundo, luego de que en 2006 la constructora de templos Kongō Gumi, fundada en 578, cerró por liquidación.
9. La tumba más grande del mundo es el Túmulo de Nintokuryō, en Sakai, Osaka: mide 46 hectáreas y data del siglo V.
10. La estatua más alta del mundo es el Ushiku Daibutsu que se encuentra en Ibaraki y mide 120m.
viernes, 16 de mayo de 2008
jueves, 15 de mayo de 2008
No es la primera ni será la última
sábado, 10 de mayo de 2008
Puente por el que cruzan los paréntesis
かささぎの 渡せる橋に おく霜の 白きを見れば 夜ぞふけにける
Ah, qué blancura
a lo largo del puente
de las urracas:
se ha formado la escarcha,
ya la noche es profunda.
(Joshua Mostow, en Pictures of the Heart, deduce de un pasaje de los Yamato monogatari que en la época Heian la expresión kasasagi no wataseru bashi se refería a los puentes y escaleras que conducían al Palacio Imperial, y desprende de ello que el puente y la escarcha son aquí reales, no metafóricos. Pero en el pasaje en cuestión (es el episodio 125, pp. 76–77 en la traducción de Tahara) esas palabras aparecen también en un poema, y en un contexto que permite la doble lectura. Añadamos que en la ordenada secuencia de Teika el poema de Yakamochi precede inmediatamente a aquel en que Abe no Nakamaro, nostálgico de su tierra al otro lado del mar, contempla "la llanura del cielo" (ama no hara): no parece casual que aquí se escuche, en el trasfondo, el río que corre por esa llanura.)
jueves, 8 de mayo de 2008
Un espacio, de pronto, por correo
TOKONOMA
No la flor
ni el florero
sino el espacio vacío
donde sucede el milagro del color
No la luz
ni la sombra
sino la ausencia de yo
que capta hasta el más ínfimo detalle
No la casa
ni la intemperie
sino el antiguo umbral
donde se disuelven las contradicciones
No el pabellón
ni siquiera el tokonoma
como albergue de la pintura
que pausada se envuelve en la sombra
No el sí
tampoco el no
que a final de cuentas
no son la realidad sino sólo palabras
No la voz
ni el silencio
porque las palabras
también son parte de la realidad
Sólo
la belleza
una cierta elegancia
una serenidad eternamente inalterable
Sólo
el misterio
que se revoca
en la íntima trama del ser
Alberto Blanco
martes, 6 de mayo de 2008
Primera aparición de Hirakata
ひらかたゆ ふえふきのぼる あふみのや けなのわくごい ふえふきのぼる
hirakata yu fue fukinoboru afumi no ya kena no wakugoi fue fukinoboru
De Hirakata
viene al son de las flautas
hasta su Ômi
Kena, nuestro muchacho:
viene al son de las flautas.
El son de las flautas es el de la música funeraria. El posesivo del cuarto verso no está en el original japonés. Si no me equivoco, la de este poemita tan triste es la primera mención de Hirakata que se conoce.
sábado, 3 de mayo de 2008
Si le va a poner hielo no lo tome
Para pena infinita de escoceses, y de británicos y anglófilos con ellos, lo mismo que para vindicación nuestra ante tanto amigo villamelón cuyas miradas por encima del hombro hemos debido soportar cada vez que elegimos una marca local, Whisky Magazine declaró la semana pasada que el mejor whisky de malta del mundo es japonés: el Nikka Yoichi de 20 años, que se produce en Hokkaido desde 1934 y siempre tenemos a mano en casa, si bien personalmente preferimos el Yamazaki y nos gustaría tener más a mano el Karuizawa de 1971. La página correspondiente de The Whisky Exchange cita los arrebatos de lirismo que el Nikka Yoichi produjo en las notas de cata de Serge Valentin, cronista de Whiskyfun:
En la nariz: asombrosamente original en la primera olfateada, empezando con algas viejas, ostras, pescadería… También alquitrán, gasolina, faisanes bien colgados. Todo lo cual se aplaca y nos llegan entonces más habituales nueces, cajas de puros, piel, caramelo, crema y vainilla — para no olvidar las especias (curry, montones de canela) … Un perfil fantástico e inusual.
En la boca: un ataque picante franco y amplio, con acidez de manzanitas y piel de uva. Se pone bastante acre, lo que en este contexto es fantástico. Gran agudeza. Deviene en "auténtico" regaliz, algo desvanecido, té, notas de Fino (flor, nueces viejas). Trazas de kiwi y manzanas verdes. Hermoso y altamente original. Largo final, sobre todo de manzanas frescas y canela. Me encanta, creo que es una obra maestra.
Aquí hay una nota del Times sobre el asunto.
jueves, 1 de mayo de 2008
y la de allá pudiera ser la tía
La longitud de los kimonos, la combinación de los colores y la presencia de ciertos sellos, cosas todas que aquí no pueden verse y de cualquier modo no sabríamos apreciar, indican que estas mujeres ahora no figuran cortesanas de la era Heian, como sin duda nos diríamos y como lo hacen en otras ocasiones a lo largo del año, porque son siempre las mismas en todos los matsuri y alguna estará harta del asunto pero otras en cambio se lo habrán tomado tan a pecho que vivan ya desde el alba entre rumores de locura, sino precisamente de la época Momoya, mucho más cerca de nosotros en el tiempo si más lejos y más vaga en nuestra imaginación. Pero no es eso lo que importa aquí. Vean la foto en gran formato, fíjense en los gestos, los ojos. Díganme si es verdad lo que imagino. La serie a la que pertenece la foto está aquí.