"En 1965, por casualidad, coincidimos en Nueva Delhi. Yo iba de turista, no sabía que él estuviera ahí y me alegró mucho encontrarlo. Percibí una gran felicidad en él; creo que fue su época más plena. Su trabajo como embajador no era excesivo y podía dedicar su tiempo y sus energías a estudiar. Se interesó profundamente en el arte y el pensamiento de la India, que siempre le habían atraído mucho. Seguramente pasaba algún tiempo en el despacho, pero se dedicaba a sus propios estudios y la consecuencia fue un libro maravilloso, quizá el mejor que conozco sobre la India y el más interesante: Conjunciones y disyunciones."
Es curioso cómo coincide esa imagen con la que dibujan los párrafos de la reseña con que John Kenneth Galbraith saludó en 1977 la aparición de otro libro de Paz, escrito no en esos años sino en su evocación: Vislumbres de la India
"Hace treinta y tantos años, cuando me desempeñaba como embajador en la India, descubrí que, si no hacía el trabajo que mi equipo podía hacer igualmente bien o aun mejor, podía terminarlo todo en no más de tres horas al día, excepto en las crisis ocasionales. El resto del tiempo no me quedaba sino leer telegramas del Departamento de Estado sobre asuntos que ya conocía, en los que más bien no creía o que no decían nada importante. Así que con la conciencia razonablemente tranquila me dediqué en realidad a escribir. Salieron dos o tres libros, uno de ellos, mientras todavía ocupaba yo el despacho, bajo seudónimo. No me pareció que fuera práctico aclarárselo al Secretario de Estado Dean Rusk.
"En el reconocimiento de esta situación en el mundo diplomático, México está bastante más adelantado que los Estados Unidos. Ha enviado tradicionalmente a sus mejores escritores e investigadores al extranjero para que aprovechen el tiempo libre de que ahí felizmente disponen. Carlos Fuentes pasó muchos meses en la Embajada de México en París, donde se convirtió en una figura dominante en el medio literario francés. Y Octavio Paz estuvo dos veces en la India (después de servir también en París), donde fue durante seis años Embajador de México. Las relaciones entre México y la India siendo lo que son, o más precisamente lo que no son, tenía bastante tiempo para leer, viajar, reflexionar sobre la vida y la historia del finalmente complejo, a veces incomprensible país. Estaba bien darle esa oportunida a un poeta. Uno de los resultados fue, muchos años después, este libro delicioso [Vislumbres de la India].
[. . .]
"Que no haya duda. Tener poetas en el cuerpo diplomático es una idea maravillosa. Este libro es sin duda la prueba."
- "Envoy of Mexico and the Muse", by John Kenneth Galbraith, The Washington Post Book World, Vol. 27, April 20, 1997, p. 3. En Contemporary Literary Criticism. Ed. Jeffrey W. Hunter. Vol. 119. Gale Group, Inc., 1999. eNotes.com. 2006. 12 Mar, 2008
No hay comentarios.:
Publicar un comentario