この道や ゆく人なしに秋の暮れ
kono michi ya yuku hito nashi ni aki no kure
Linealmente:
este - camino - ¡ah! / que vaya - hombre - no hay - en /otoño - de – atardecer
Una versión aceptablemente literal, sin mayor gracia: “Al atardecer, en el otoño, no va nadie por este camino.” Otra, en verso y respetando la cuenta métrica:
¡Este camino!
No va nadie por él.
Tarde de otoño.
Es mucho mejor la versión que publicó Octavio Paz en 1957, en la primera edición de Sendas de Oku (UNAM):
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.
Paz prescinde de la exclamación en el primer verso, dándole así un tono más introspectivo al poema, y de la mención del otoño en el tercero. Además, tiene el acierto de añadir el adverbio “salvo” en el tercer verso, que hace del crepúsculo no ya una referencia temporal sino algo más: una presencia, casi una persona. La versión fue tan bien recibida que sirvió de título a un libro de Cortázar e impulsó a Mario Benedetti a escribir los haikus más populares de la lengua española:
kono michi ya yuku hito nashi ni aki no kure
Linealmente:
este - camino - ¡ah! / que vaya - hombre - no hay - en /otoño - de – atardecer
Una versión aceptablemente literal, sin mayor gracia: “Al atardecer, en el otoño, no va nadie por este camino.” Otra, en verso y respetando la cuenta métrica:
¡Este camino!
No va nadie por él.
Tarde de otoño.
Es mucho mejor la versión que publicó Octavio Paz en 1957, en la primera edición de Sendas de Oku (UNAM):
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo.
Paz prescinde de la exclamación en el primer verso, dándole así un tono más introspectivo al poema, y de la mención del otoño en el tercero. Además, tiene el acierto de añadir el adverbio “salvo” en el tercer verso, que hace del crepúsculo no ya una referencia temporal sino algo más: una presencia, casi una persona. La versión fue tan bien recibida que sirvió de título a un libro de Cortázar e impulsó a Mario Benedetti a escribir los haikus más populares de la lengua española:
Hace tiempo que soy lector de haikus, pero confieso que el primero que me sedujo como forma poética se lo debo a Julio Cortázar, cuyo título postumo, Salvo el crepúsculo, fue tomado de un notable haiku de Matsuo Bashoo (1644-1694): "Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el crepúsculo". Años después me enteré de que la traducción pertenecía a Octavio Paz (en colaboración con Eikichi Hayashiya).
En 1970, para la segunda edición del libro (Seix-Barral), Paz introdujo una mínima variación, que mejora prosódicamente el poema:
Este camino
nadie ya lo recorre,
salvo el crepúsculo.
Pero Cortázar y Benedetti le sacaron poco jugo al poema. Ayer, en Twitter, Salvador Mendiola publicó “su” versión: “Este camino,/ ya nadie lo recorre,/salvo el crepúsculo.” Repite todas las palabras de Paz, en el orden de la primera versión, y añade una coma innecesaria. Cuando le comenté que debía haber señalado quién era el autor de la traducción, dijo que él “había traducido del japonés”, que “todo ser humano es digno de todas las palabras y las ideas; todas son nuestras, ninguna es de alguien” y otras zarandajas. Pero es absolutamente inverosímil que, traduciendo directamente del japonés, haya llegado a exactamente la misma versión de Paz, con las peculiaridades señaladas. Lo que hizo fue con toda seguridad otra cosa: corregir levemente la versión de Paz, sin darse cuenta de que así la regresaba a un estado anterior, y atribuírsela.
5 comentarios:
Owned, / Ya.
Pobrecita persona
Y todavía berrea
Aurelio wins. Flawless victory.
pobre tipo este salvador mendiola, qué fácil plagiar, cuando escribir resulta tan difícil.
Perdón, pero ¿quién es Salvador Mendiola? ¿A quién le importa?
Pero Paz......
Bellísimo.....
Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo
Me hace perder el aliento.
Un abrazo sincero Aurelio querido.
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