En la Semana Santa de 1982 una gripe considerable me obligó a deshechar los planes de viaje y permanecer encerrado en la habitación que ocupaba en el piso de unos amigos madrileños, Costanilla de Santiago 16, 2o. derecha. También me regaló con las dos mil páginas de de la Crónica de la intervención de Juan García Ponce, que de otro modo no habría cursado. En el capítulo 22 de la segunda parte aparece este diálogo:
—Los viajeros que regresan tienen el difícil deber de contar qué han visto.
Por eso siempre los he compadecido —dice Eugenia.
—Tienes razón —dice Anselmo, girando una silla para mirar directamente a
Eugenia—. Pero yo no pensaba regresar. Mi decisión era otra.
—¿Qué habías decidido?—pregunta Delia.
Fray Alberto contesta rápidamente en vez de Anselmo:
—Irse a un monasterio budista en Japón. !Imagínate!
—¿Es cierto?
—Sí. Desgraciadamente es cierto—contesta Anselmo.
[...]
—Y ahora tienes que cumplir tu deber. Háblamos de tu viaje. ¿Cómo es Japón?
—pide Eugenia.
—Está lleno de japoneses —contesta rápidamente Anselmo.
El pasaje da una idea bastante precisa de la presencia de Japón en la narrativa mexicana del siglo XX.
How the Japanese Moving Industry Influenced Services All Over the World
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In the ever-evolving, interconnected tapestry of global industries, staying
ahead of the game often means taking a page from the pioneers’ playbook.
Ente...
Hace 2 semanas.
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