sábado, 25 de abril de 2009

El paisaje es ahora muy distinto

He traducido antes, aquí y en otros sitios, varios poemas del monje Gensei (1623-1688), de la escuela Nichiren. El que publico ahora no interesará a muchos pero me conmueve por razones personales: describe un paisaje cuyas coordenadas puedo ver desde las ventanas del edificio en que trabajo. No he averiguado dónde está la Cueva del León, pero el Monte Ikoma, a cuyos pies practicaba la caza la aristocracia Heian en campos reservados (Kin’ya), es uno de los límites del paisaje desde mi cubículo. El río Yodo, ya se sabe, está a unos pasos, lo mismo que el Amano. Nagisa es lo que hoy se llama Gotenyama: fue lugar imperial de hanami para el príncipe Koretaka, según sabemos por el Ise monogatari. (No hay que confundir, por cierto, el Templo de Ise del título, que se encuentra en Takatsuki, al otro lado del río Yodo, con el Gran Santuario de Ise.)


LO QUE VI AL VISITAR EL TEMPLO DE ISE

Tiende otra vez sus rayos el sol de la mañana,
ya amarillas las cumbres de la verde montaña.
Ha pasado el chubasco y el Monte Ikoma surge,
oculta aún la Cueva del León entre las nubes.
Allende el río Yodo, más lejos el Amano,
uno a otro hacia Kin’ya se suceden los campos.
Dicen que hubo antaño en Nagisa un Albergue:
¿por quién florecen hoy sus cerezos de nieve?

2 comentarios:

Héctor Leonel Reyes Mora dijo...

Florecen para quien lee el poema, florecen en memoria del sufrimiento de los albergados, florecen en tu blog, simplemente florecen
Magnífico poema.
Saludos.

Anónimo dijo...

Por qué????