Los vi allí, colgados en la pared al sol del otoño, y no pude sino evocar aquel poema que tradujo memorablemente Octavio Paz:
春雨やものがたりゆく蓑と傘
harusame ya monogatari yuku mino to kasa
Llovizna. Plática
de la capa de paja
y la sombrilla.
Sólo más tarde me di cuenta de que no había allí una sombrilla sino un sombrero y de que el autor del poema, Yosa Buson, no pudo haber estado entre los contertulios del poeta Mukai Kyorai en esa casa, que se conoce como Rakushisa y donde en cambio sí estuvo Matsuo Basho, su huesped tres veces, en 1689, 1691 y 1694, en la segunda de las cuales escribió lo que se conoce como Diario de Saga, Saga Nikki, uno de sus cuadernos de viaje, que habría que traducir al español. No había sombrilla sino sombrero, no era primavera sino otoño y no caía la lluvia sino un sol sin nubes, pero todo allí conversaba animadamente, lo mismo que la multitud visitante, más numerosa que las hojas del otoño aunque tal vez no más palabrera.
How the Japanese Moving Industry Influenced Services All Over the World
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In the ever-evolving, interconnected tapestry of global industries, staying
ahead of the game often means taking a page from the pioneers’ playbook.
Ente...
Hace 2 semanas.
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