En el año 2000, el gobierno de Japón donó a México un trolebús para el que nadie en México (es decir: en el gobierno de México) supo o quiso encontrar utilidad (¿usted sabe para qué sirve un trolebús?), y que quedó abandonado en cierta plaza de la colonia Roma hasta 2005, cuando un grupo de artistas obtuvieron el permiso del gobierno (que no sabe qué hacer con un trolebús, pero sí poseerlo) para convertirlo en galería o, mejor dicho, espacio de intervenciones, entendemos que para así echarlo metafóricamente a andar. El armatoste, desplazado hasta la esquina que forman las calles de Guadalajara y Veracruz, en la colonia Condesa y frente al patrocinador Hotel CondesaDF, puede también virtualmente visitarse en
TROLEBUS / Galería.
1 comentario:
¡Mala idea la de convertir al trolebus japonés en galería! Yo lo hubiese colocado con las puertas abiertas, sin conductor y pintado todo de blanco en una de las esquinas más concurridas y activas de la Ciudad de México(Reforma e Insurgentes, Eje Central y Madero, por ejemplo), para que la gente que quisiera ir a-ningún-lado entrara y se sentara para dedicarse a recorrer tan interesante trayecto. Digo, muy Zen la idea, estarás de acuerdo, ya que el regalo es japonés. El problema es que en esta ciudad el "Trole" estaría desvalijado en 15 minutos.
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