martes, 21 de abril de 2009

Un veintiuno de abril, después del té

The truth is to the right
Daitokuji © Aurelio Asiain.

Ya he citado y volveré sin duda a citar otro día estas frases de Borges, en una nota de 1938 que celebra la traducción del Shi King o Libro de los Cantares publicada por Arthur Waley:
Hacia 1916 resolví entregarme al estudio de las literaturas orientales. Al recorrer con entusiasmo y credulidad la versión inglesa de cierto filósofo chino, di con este memorable pasaje: “A un condenado a muerte no le importa bordear un precipicio, porque ha renunciado a la vida”. En ese punto el traductor colocó un asterisco y me advirtió que su interpretación era preferible a la de otro sinólogo rival que traducía de esta manera: “Los sirvientes destruyen las obras de arte, para no tener que juzgar sus bellezas y sus defectos”. Entonces, como Paolo y Francesca, dejé de leer. Un misterioso escepticismo se había deslizado en mi alma.
           Cada vez que el destino me sitúa frente a la “versión literal” de alguna obra maestra de la literatura china o arábiga, recuerdo ese penoso incidente…
Las líneas vienen a cuento esta vez porque hace un momento, al caer en la cuenta de que hoy era 21 de abril, busqué el poema de muerte del Gran Maestro del Té Sen no Rikyû, que en esta misma fecha pero en 1591 cometió seppuku en el Daitoku-ji por orden del shogun Toyotomi Hideyoshi, de cuya gracia había caído no sabemos bien a bien por qué, y di con estas dos versiones inglesas del mismo, debidas a dos autoridades japonesas,

Daisetsu Suzuki, el gran divulgador del zen,
Seventy years of life—
Ha ha! and what a fuss!
With this sacred sword of mine,
Both buddhas and patriarchs I kill!
I raise the sword,
This sword of mine,
Long in my possession
The time is come at last.
Skyward I throw it up!
y Kakuzô Okakura, el autor de The Book of Tea,
Welcome to thee,
O sword of eternity!
Through Buddha
And through Daruma alike
Thou hast cleft thy way.
Pero no hay mayor enigma. Ese día, después de oficiar en su última ceremonia del té, Sen no Rikkyu escribió en realidad dos poemas: uno en chino y otro en japonés, que Suzuki traduce sin solución de continuidad, como si fueran el mismo —lo que no carece de sentido— y Okakura libremente resume, interpreta y combina, de un modo harto frecuente, me temo, en los isleños que, para darse a entender, traducen no sólo las palabras sino su sentido.
人生七十 力囲希咄 吾這寶剣 祖佛共殺
堤る我得具足の一太刀 今此時ぞ天に抛

(じんせいしちじゅう りきいきとつ
わがこのほうけん そぶつともにころす

ひっさぐる わがえぐそくのひとたち
いまこのときぞ てんになげうつ)

Setenta años de vida:
¡vaya con el escándalo!
Con esta espada mía
mato budas y antepasados.

Alzo la espada,
esta espada que es mía
hace ya tanto:
¡ha llegado el momento
de lanzarla a lo alto!
El poema chino está tejido sobre este pasaje de Lin-chi, primer patriarca del Zen Rinzai (d. 866): "Mata todo lo que se atraviese en tu camino. Si te encuentras al Buda, mata al Buda. Si te encuentras a los Patriarcas, mata a los Patriarcas. Si te encuentras a los arhats en el camino, mátalos también."

By seppuku on April 21, 1591 

2 comentarios:

Jazmin velasco dijo...

Mira nada más cuantos updates en este blog y yo sin enterarme. Me va a tomar un rato leerlo todo.

xx

Anónimo dijo...

¿Quien o Que es Buda?

Pregunta que muchos se hacen... las contestaciones que se observan en la literatura zen dicen:

"Uno hecho de arcilla y decorado con oro"
"Ni si quiera el artista mas fino lo puede pintar"
"El que está postrado en La Sala de buda"
"Él no es Buda"
"Mira las montañas desplazándose sobre las olas"

¿Le gusta el zen? ¿es usted practicante o algo así?

Reciba un saludo señor Aurelio.

Námaste.