No es lo que anuncian de Kioto los folletos turísticos, ni lo que uno va a buscar ahí, pero basta desviarse un poco de las rutas habituales para encontrar lugares como este, tan lejos del esplendor de templos y palacios como de la espantosa arquitectura con que los constructores japoneses destruyeron buena parte de la ciudad, después de que los Estados Unidos decidieron no bombardearla. Si no fuera por la tipografía blanca sobre fondo rojo que anuncia el "Café de Arte", y se viera más claramente el cartelito pegado a la ventana de la puerta que anuncia el programa de jazz para las próximas semanas, podríamos tal vez olvidar por un segundo que tomamos la foto a unos pasos del antiguo Palacio Imperial de Kioto, en la misma manzana donde hace mil años exactamente, cuando aún no había manzanas ni jazz ni bares ni propiamente hablando Norteamérica, Murasaki Shikibu empezaba a escribir el Genji monogatari. Serán buenos la música y el whisky.
How the Japanese Moving Industry Influenced Services All Over the World
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In the ever-evolving, interconnected tapestry of global industries, staying
ahead of the game often means taking a page from the pioneers’ playbook.
Ente...
Hace 2 semanas.
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