martes, 5 de febrero de 2008

No dejan ver la luna los cerezos

Hojeando la libreta encuentro unas líneas que son, es claro, versión de un poema japonés, pero no recuerdo cuál:

           Si la cortara,
           ¡qué dolor me daría!
           —¡Ay, qué dolor,
           que nos cubra la luna
           esa rama florida!

Busco aquí y allá, sin suerte, y cuando ya he decidido olvidar el asunto recuerdo lo que es el original y dónde lo encontré: un ejemplo de maekuzuke (前句づけ, pasatiempo literario de la época de Edo para aprendices de renga en que un poeta daba a otro los dos versos finales de un waka para que los completara con los tres que debían ir al principio) citado por Shôkichi Oda en unas páginas sobre “La risa y la sonrisa japonesa tradicional” (“Laughter and the Traditional Japanese Smile” en Understanding Humor in Japan, ed. de Jessica Milner Davis, Wayne University Press, Detroit, 2007). Entre los ejemplos que da Oda surge esta combinación:

           さやかなる 月を隠せる 花の枝
           sayaka naru   tsuki wo kakuseru   hana no eda
           切りたくもあり 切りたくもなし
           kiritaku mo ari   kiritaku mo nashi

Que vendría más o menos a dar:

           La rama en flor
           no deja que veamos
           la luna clara.
           —Y yo quiero cortarla,
           y no quiero cortarla.

Que es otra cosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por sus reflexion, pienso que tiene una gran capacidad de analisis y un compromiso con la traduccion de la intencion que en su lengua original queria expresar tal o cual autor, una palabra es siempre una intencion a mi juicio, cada palabra lleva su propia carga, el asunto de usted es complicado pues necesita encontrar la palabra compatible.