“A Cuernavaca voy, dulce retiro…”
Como no pudo viajar en octubre pasado a Monterrey para recibir el Premio Alfonso Reyes, George Steiner pronunció un discurso ante el Embajador de México en Londres, que Adolfo Castañón (traductor al español de Después de Babel, el libro de Steiner sobre la traducción) se tomó el trabajo de transcribir y Letras Libres tuvo la fortuna de publicar en un número reciente. Se trata, naturalmente, de páginas de ocasión dictadas por la cortesía, pero iluminadoras y penetrantes como todo lo de Steiner. Me sorprendieron gratamente estas líneas, que llaman la atención sobre una obra de Reyes por la que tengo particular afecto:
“Pero nada me ha conmovido tanto como su Homero en Cuernavaca (1948-1951):
“La soberbia de Aquiles resplandece
“y el viento gime con la voz de Helena.
“Soneto tras soneto, Reyes nos va trayendo la voz elocuente del anciano Néstor hablando en español y haciéndose casi profundamente mexicano, como cuando habla de la fatal inquietud de Casandra.
“Homero en Cuernavaca es un asombroso acto de traslado imaginativo desde Troya hasta las playas del Pacífico…"
No menos asombroso traslado es el que desde hace más o menos un año se opera en mi memoria, cada vez que le da por evocar el incipit de la secuencia de Reyes con el equívoco
“A Hirakata voy, dulce retiro…”
que, como sabe cualquiera que conozca este rincón, tiene lo suyo —el equívoco, digo— y no sólo porque ya no boguen por el río Yodo, camino de Osaka, barcazas como la que pintó Hiroshige.
How the Japanese Moving Industry Influenced Services All Over the World
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In the ever-evolving, interconnected tapestry of global industries, staying
ahead of the game often means taking a page from the pioneers’ playbook.
Ente...
Hace 2 semanas.
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