lunes, 1 de septiembre de 2008

La primera comida de septiembre


La primera comida de septiembre, originally uploaded by ionushi.

Para Mónica, que preguntó

Los platos que resultaron hoy, como muchas veces, de lo que encontré a mano en el refrigerador y la alacena y combiné sin receta. Advertirás que, con excepción del aguacate, todos los ingredientes son japoneses, si bien la manera de combinarlos y presentarlos parece más propia del sudeste asiático o de la costa americana del Pacífico, que tan china resulta en tantas cosas.
           Para el plato principal, corté primero en trocitos muy finos cuatro zanahorias pequeñas, de las más delgadas que se encuentran, y dos retoños de bambú; añadí un diente de ajo no muy grande cortado en rebanadas translúcidas. Mezclé lo anterior y lo extendí en la sartén ya caliente a fuego lento y con un leve barniz de mantequilla; agregué una nada de sal y apenas más que nada de pimienta; puse la tapa. Unos tres minutos después coloqué encima, sin revolver, cien gramos de ese hongo pequeño que en japonés se llama nameko (滑子) y el picadillo de media unagi kabayaki (うなぎ蒲焼き), es decir anguila a las brasas aderezada con salsa dulce de soya, y volví a tapar. Cuatro o cinco minutos después revolví todo y lo dejé al fuego hasta que estuvo en su punto; lo pasé a otro recipiente, lo dejé enfriar un poco y añadí un aguacate apenas maduro y una cantidad equivalente de tofu frito (揚げ豆腐), cortados los dos en cubos regulares, ni muy grandes ni muy chicos. Y dispuse el resultado sobre hojas de lechuga en un plato grande, de modo que pudieran comerse como tacos. Según la Monse, estaba buenísimo.
           La sopa fue mucho más fácil de preparar; podría decirse que fue una especie de nyûmen (煮麺): sencillamente, fideos blancos finos de trigo (素麺) a los que añadí una combinación de plantas silvestres (山菜) entre las que había helechos (), puntas finas de bambú (細竹), el nameko mencionado antes, enoki (榎), que según el diccionario se llama en español almezo, y hojas de bambú moso (孟宗竹): combinación que se consigue en el supermercado, y que no hay sino que agregar a los tazones ya servidos con los fideos, en su punto en tres minutos.
           El detalle exótico no fue el aguacate, ya bastante aclimatado, sino el agua de limón, que siempre maravilla y a veces descompone a los nativos. Sin azúcar, como nos gusta.

(La foto se ve mejor aquí.)

4 comentarios:

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Oye, pues cuando vaya a Japón me invitan a comer. Se ve buenísimo.

Mónica Sánchez Escuer dijo...

¡Es todo un chef, maestro! Gracias por invitarnos hasta la cocina y compartir tan exquisito platillo.
(... y gracias, además, por ser su nvitada de honor)
Les debo a ti y a Motse una cena (sin salsa mexicana, lo prometo).
Un abrazo

Francisco dijo...

No encuentro otro modo mejor de entrar en el mes de septiembre.
Saludos,
F.

Victor Gayol dijo...

Querido Aurelio: creo que adoptaré el menú para la próxima cena. Creo poder conseguir los ingredientes en su totalidad... sobre todo el aguacate.