Muy pronto seré un árbol.
El dedo medio me hormiguea,
hay brotes en mis yemas.
Me descubro otras hojas
en el dedo anular y el índice, y el brazo
se me bifurca en ramas ágiles.
Bajo la camiseta
tengo un tronco rugoso.
Los dedos de mis pies entran al lodo,
agua tibia me sube al bajo vientre.
Voy a dejar de ir a la escuela.
Voy a dejar el beisbol y la pesca.
Voy a quedarme quieto, hasta de noche.
La lluvia me refresca.
Nadie se fija en mí.
Pasan corriendo al lado.
Aquí me quedaré hasta que me seque.
Murmurando, cimbrado por el viento.
SECRETO
Alguien oculta algo.
No sé quién,
no sé qué.
Si lo supiera lo sabría todo.
Aguanto la respiración y escucho
el rumor de la lluvia por el suelo.
Algo estará ocultando.
Cae para que sepamos su secreto
pero no puedo descifrar su código.
Me escurro en la cocina,
husmeo,
veo la espalda de mi madre.
También oculta algo.
Piensa en sus cosas mientras ralla un rábano.
Me intrigan los secretos
pero nadie me cuenta nada.
Me asomo al agujero de mi pecho:
sólo veo, nublado, el cielo negro.
Alguien oculta algo.
No sé quién,
no sé qué.
Si lo supiera lo sabría todo.
Aguanto la respiración y escucho
el rumor de la lluvia por el suelo.
Algo estará ocultando.
Cae para que sepamos su secreto
pero no puedo descifrar su código.
Me escurro en la cocina,
husmeo,
veo la espalda de mi madre.
También oculta algo.
Piensa en sus cosas mientras ralla un rábano.
Me intrigan los secretos
pero nadie me cuenta nada.
Me asomo al agujero de mi pecho:
sólo veo, nublado, el cielo negro.
TOBA 1
No tengo nada que decir en este instante.
Estoy sentado aquí nomás, tomando el sol.
Mi mujer es hermosa
y mis hijos encantadores.
¿Te digo la verdad?
No soy ese poeta
que finjo ser.
Fui creado y aquí estoy, descartado.
Mira: aunque es oscuro el mar,
la luz rompe en las rocas.
De veras que no tengo qué decirte
salvo que el día está empapado de sol y paz;
aunque la sangre corra por las calles de tu ciudad.
Voy a estar siempre encandilado por este sol.
TOBA 11
No intento preservar este instante en el tiempo.
Tiene cierto valor
y no lo dejaré pasar inadvertido.
Pero la luz se escapa todo el tiempo
y aun estas palabras,
escritas en la arena
—aunque no por dedos—
están sujetas al capricho.
Mis hijos se parecen
a mí completamente, y no.
Estoy contento.
Como estos guijarros, conchas y trozos de botellas,
tan duro como frágil,
mi corazón humano se lava en la playa.
Traducción de Aurelio Asiain. Estos cuatro poemas de Shuntarô Tanikawa se publicaron por primera vez en agosto de 2004 en la revista mexicana Letras Libres. Toba es el nombre de un lugar de veraneo, cercano a Ise y célebre por sus perlas.
2 comentarios:
Los cuarto son una delicia. Pero el que más disfruté fue Toba. Es una literatura que, como decimos aquí en mi tierra, se anda "sin guevonadas". Es decir. Se anda sin tonterías.
El primero es impresionante. Es inevitable sentir la transformación, y más si alguna vez has imaginado lo mismo que el poeta.
Enhorabuena y gracias por la traducción.
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